Bogotá, 5 jul (PL) Con el sector avícola en jaque y los cosecheros de arroz sumamente preocupados, el paro camionero colombiano cumple hoy su XXIX jornada, que se manifiesta con distintos estragos en la economía del país.
La temporada de recolección de la cosecha arrocera del territorio nacional, con su gran fuerza en la región de los extensos llanos orientales, debe iniciar para el próximo 15 de este mes.
Se trata de una producción de más de 100 mil toneladas entre el grano limpio y con cáscara que debe ser transportado a diversos puntos del territorio nacional, en equipos de carga que aún este martes se encuentran paralizados.
La cosecha en sabanas del oriente está comenzando y si antes de la mitad de este mes no se ha arreglado el paro de los transportistas, no tendremos con qué sacar las cosechas, ni del departamento de Meta, ni del de Casanare, hacia los grandes centros de consumo, afirmó Rafael Hernández, presidente de Federación Nacional de Arroceros.
Explicó que toda esa producción deberá ser trasladada hacia ciudades como Villavicencio, Yopal, Agua Azul, Puerto López, Acacias y Bogotá y se hace indispensable disponer de las tractomulas (camiones de gran porte) necesarias para esa carga.
El titular de Fedearroz hizo un llamado urgente al gobierno nacional y al gremio camionero para que lleguen cuanto antes a una solución que no afecte las cosechas del grano.
En igual situación se encuentra la rama avícola, a la que se le está agotando las reservas del maíz amarillo para el alimento de las ponedoras y de las granjas de sacrificio.
La interrupción de ese flujo del alimentos para esos criaderos pone en peligro la llegada de la materia prima necesaria, que evite el riesgo de mortalidad de los animales, dijo por su parte el presidente de la Federación Nacional de Avicultores, Andrés Valencia
Precisó que de no solucionarse rápidamente la actual demostración del transporte de carga, se generarán grandes afectaciones a la producción avícola del país, donde hay que alimentar cada día unos 120 millones de aves.
Se trata de 62 millones de pollos de engorde y tres millones de gallinas ponedoras, lo que representa 65 millones de aves que deben ser alimentadas en lo fundamental con alrededor de 300 mil toneladas de maíz, imposibles de trasladar a sitio alguno.